En defensa de la envidia

01/02/2025

La envidia desde muchas religiones siempre se ha tratado de incluir como algo pecado o prohibido. Esto no resulta raro, ya que la envidia es el sentimiento que ha movida la historia y motivado todas las revoluciones. La envidia es esa voz en tu cabeza que hace que no puedas parar de preguntarte: "¿por qué ellos sí y yo no?" y no estar contento con la respuesta. Como contraposición, se encuentra el egoísmo que contesta desde el otro lado: "porque me lo merezco, no como tú".

Hoy en día, pese a que la desigualdad está en máximos históricos, creo que el nivel de envidia es muy bajo (probablemente es el pecado capital menos extendido). Sin embargo, el egoísmo y la avaricia están muy extendidos. Esto no es casual, las narrativas mayoritarias del capitalismo tratan de hacernos creer que estamos en el equipo de los ganadores o, por lo menos, lo estaremos. No podrás comprarte una casa mientras hay gente que tiene 20 alquiladas pero bueno, se lo han ganado, supongo ¿Una familia con hijos no ha pagado el alquiler? ¿Pero y el pobre propietario va a estar sin ganar nada?

Ya ni siquiera pido que se tenga un poquito de compasión por los demás e intentemos ayudar a los que están peor. Con que nos organicemos para arrebatarle los excesos a quienes les sobran me conformo, que es un sentimiento mucho más fácil de gestionar. Es por esto que quiero reivindicar que seamos un poco más envidiosos. Deseemos tener lo mismo que los que más tienen y luchemos para tenerlo.